Desde el río Ulla a Compostela, y desde allí a la Costa da Morte.
La jornada tiene un primer tramo corto desde Ponte Ulla a Compostela, desde el Valle del Ulla, bordeando el Pico Sacro, para llegar a Compostela. Desde Compostela viajamos a la costa da morte, por entre valles y montes gallegos.
Me levanto temprano, bajo a desayunar. Paco ya ha partido. Salgo después del desayuno. Hay una niebla espesa, poco a poco va desapareciendo conforme voy ascendiendo por la nacional. En la cima del puerto el espectáculo es precioso, el valle del Ulla, por debajo, cubierto de nubes bajas.
En A Susana dejo la nacional y tomo el camino, después de un buen repecho por camino de tierra, llego a la fatídica curva de Angrois, donde perdió la vida tanta gente en trágico accidente de tren. La valla de la misma está recubierta de objetos en recuerdo a los fallecidos.
Ya en Santiago el último ascenso antes de llegar a la Plaza del Obradoiro es duro.
No hago nada más que llegar y voy a por la Compostela a la Oficina del Peregrino, voy a la oficina de turismo y luego a Correos para ver el tema del envío de la bici a casa.
Llamo a Paco y nos vemos pronto en la Plaza del Obradoiro, nos tomamos una cerveza, hablamos un poco del viaje y nos despedimos. Me da un poco de tristeza, pero él ya ha acabado y se vuelve a Sevilla. Yo continúo todavía un poco más mi final está en Finisterre haciendo escala en Muxia. Hemos pasado momentos duros juntos y aunque en muchas etapas íbamos cada uno a su ritmo, era un consuelo, siempre preocupandose por donde y como iba, y al final de las jornadas compartimos buenos momentos.
Nada más salir de Santiago comienza a llover, la lluvia solo me ha dado tregua hasta llegar a Santiago, parece que no quiere que continúe más allá.
El primer tramo lo hago por carretera, hasta conectar con el camino, la subida al Mar de Ovellas es dura y más bajo el agua. Ponte Maceiras es precioso, con un puente medieval muy bonito sobre el rio Tambre. Aunque la lluvia me sigue machacando. Llego a Negreira muy cansado y chorreando. Sello la Credencial en el registro del Concello y decido comer, me recomiendan un restaurante que hay justo al lado. Mientras como la lluvia arrecia, estoy desanimado, incluso me planteo abandonar si la lluvia sigue cayendo de esa forma, volver a Santiago y dar por finalizado el viaje.
Pero parece que se abre una luz de esperanza sobre el oscuro horizonte. Terminando de comer para de llover e incluso se ve en algún momento algún rayo de sol.
Continuo el camino, desde Negreira hay una dura subida. Los kms se suceden poco a poco, con algún chubasco, pero corto y leve. Después de mucho pedalear llego a Ponte Olveiroa donde hay un bonito albergue, y un precioso puente sobre el río Xallas, sello y posteriormente paro en Olveiroa, donde vuelvo a sellar y tomo algo de comer para afrontar los kms que me quedan.
Desde Olveiroa a Hospital más subida, por suerte ha parado de llover y el cielo se va despejando de nubes. Desde la factoría de Dumbría, tenemos una buena bajada, los últimos kms los hago por la carretera porque el camino da un gran rodeo y quiero llegar a la oficina de Turismo antes de que cierre a las 8, para que me concedan la Muxiana.
Llego a Muxia bastante cansado, de los últimos esfuerzos, tantas jornadas y tan largas y las últimas en unas duras condiciones van pasando factura.
Voy a la oficina de Turismo y me dan la Muxiana, después voy al Santuario de la Virgen de la Barca, que ya está restaurado, después del incendio que lo asoló. La tarde se ha quedado buenísima, disfruto de las vistas de la ría que extrañamente en estas costas está en calma. El atardecer convierte al paisaje en idílico.
Voy al hostal y me ducho. Ceno en un sitio de comidas en el mismo centro de Muxia de cara al puerto y veo la semifinal de baloncesto, donde España gana a Francia in extremis (Francia es anfitriona del torneo).
Fotos de la Etapa
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