De las estribaciones de Las Sierras Subbéticas a Sierra Morena, pasando por la Campiña Cordobesa.
La etapa transcurre por la Campiña Cordobesa, Córdoba capital asentada en el Guadalquivir y la Sierra Morena Cordobesa, con un dura ascensión hasta Cerro Muriano.
Me levanto muy temprano, el día anterior cometí el error de tomar café y no he pegado ojo.
Salgo en dirección a Castro del Río, los primeros kms, transcurren por una pista en subida, que comemos a 1 km del pueblo. Después de una buena bajada, tomamos la carretera, nos lleva hasta un puente sobre el río Guadajoz y desde aquí tomamos otra carretera que nos lleva paralelos al río en bajada hasta Castro del Río. Hasta aquí el día estupendo. Desayuno abundantemente, menos mal porque lo que me espera es de órdago.
Le temía mucho al tramo Castro del Río - Córdoba y mis temores eran fundados.
La salida desde Castro del Río, comienza por una pista en una larga y fuerte cuesta, después se suceden los sube y bajas, para al final conectar con la carretera A - 309, hasta aquí tramo duro, pero perfectamente transitable. Tomamos un desvío por la CO - 9204, pequeña carretera que va a Córdoba ( LA QUE HAY QUE SEGUIR SI VAS EN BICI Y SOBRE TODO CON ALFORJAS ). Desde la carretera antes de llegar a un puente tomamos un desvío, AQUÍ COMIENZAN LOS PROBLEMAS, vamos a tomar el cordel de La Campiña, el camino empieza transitando por medio de un bancal, prácticamente intransitable el calvario no acaba nada más que comenzar. La primera cuesta tiene más de un 25%, casi no puedo subir la bici empujando la por ella, aquí me tenía que haber vuelto. Los subes y bajas continúan, algunos con empuje. No quiero ni pensar como sería esto embarrado. El camino se pierde casi varias veces entre los olivos. Después de una buena bajada, por un sendero a campo a través. Empieza de verdad lo bueno. Llegamos a un puente romano y después de aquí, desaparece el camino, literalmente en el sentido de la palabra. Debes subir por una loma, empujando a la bici por entre un bancal de olivos, con la tierra blanda de haberla agrado, al final de la loma, va apareciendo poco a poco lo que parece un camino, se va haciendo cada vez más grande, y al atravesar una carretera continúa, pienso que ya han terminado las dificultades, nada más lejos de la realidad, el cordel empieza pronto a discurrir por zonas que ha tapado la maleza, apenas veo el camino, si no es por el traca, hubiera sido imposible encontrarlo, se reduce a un estrecho sendero en el que vas chocando con la maleza y para colmo con muchos tramos en cuesta. En zonas tienes que pasar por campos labrados sin ningún camino trazado. Cuando termina esta parte las dificultades no cesan, comienza una sucesión de abruptos sube y baja, en los que me veo y me deseo para poder empujar la bici, en par de ellos de apenas 60 mts, tengo que parar varias veces en la subida para llegar arriba. Poco a poco la pista va mejorando, hasta que llegas a una hondonada, en la que hay un cortijo. No hay nadie, allí pensaba coger agua, pero no puedo, de pronto te encuentras en la más absoluta soledad, con un sol de infarto, con poca agua y con una cuesta fuerte que ves que es la salida de allí. Tengo que confesar que me agobié bastante. Comencé a subir la cuesta poco a poco hasta que llegó arriba de la misma, esta pista aunque sin asfalto es una carretera local. Poco a poco la pista mejora y va alternando trozos de llano con sube y bajas. De pronto aparece Córdoba en la lejanía. Me encuentro mejor, el agobio ha pasado. La pista comienza a descender camino de Córdoba, me las prometo ya muy felices, pero de pronto bingo, de postre antes de llegar un buen cuestarrón, al final del mismo ya si comienza la bajada definitiva, hasta llegamos a Córdoba. La entrada cruzando el puente romano, con la Mezquita enfrente es maravillosa.
No le aconsejo a ningún bicigrino con alforjas, ir por el cordel de la Campiña, lo más adecuado es seguir la CO-9204.
Voy a la Mezquita a sellar la Credencial, pero está cerrada hasta las 3, empiezo a buscar donde comer, aunque tengo un sueño de no haber dormido la noche anterior que casi prefiero dormir. Al final como en el Bar Emilio, en la Avda de Cádiz, una buena elección, bueno y barato. Me voy para La Mezquita, sello la credencial y comienza la tarde.
Salgo de Córdoba callejeando, pierdo la señalización pero sigo el track. Llego al puente romano del arroyo Pedroches, comienza la subida a Cerro Muriano. Llego a unas urbanizaciones el camino toma por unos senderos junto a la carretera, ya promete. Llego a las inmediaciones del Santuario de Nuestra Señora de Linares.
Aquí comienza la barbaridad del día, más que la mañana, la senda es casi vertical y pedregosa, voy permanentemente empujando a la bici, pero lo peor está por llegar. Llegamos a La Loma de los Escalones, un tramo de Calzada Romana, con escalones tallados en la roca, casi vertical y desecha por 2000 años de inclemencias. ES UNA LOCURA. A duras penas consigo ir subiendo la bici, no veo la forma de salir de allí, para colmo empieza a llover, paso un gran mal rato. Poco a poco va mejorando la senda, hasta que se vuelve transitable a pesar de las duras rampas. Al final la pista que ha mejorado bastante, me lleva a la antigua nacional, que no abandono, hasta llegar a Cerro Muriano, estoy muy desmoralizado. Park en el Bar Casa Bruno y el me indica que el Camino hasta Villaharta es muy y bueno.
Decido continuar, después de la experiencia sigo la carretera, el camino va paralelo a ella. En el Vacar, sigo el itinerario del Camino por la vía de servicio, antigua Nacional, ante de llegar a Villaharta, empieza a llover, por lo que decido hacer la bajada por la antigua nacional. Llego hasta el Cruce de la Carretera de Villaharta y precisamente me hospedó allí mismo en el Hostal el Cruce, muy buenas habitaciones y comida estupenda. Ceno y pronto a la cama después del palizón del día.
Fotos del día
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